Marco conceptual

Marco conceptual para el Mineral de Caracoles

Francisco Rivera, Licenciado en Arqueología

Arqueología Histórica: algunos fundamentos

En sus inicios, rigieron en la arqueología histórica diversas visiones teóricas sobre su carácter multidisciplinario. Una de el las consideraba a la historia como eje de las investigaciones a las cuales la arqueología aportaría datos sobre aspectos no accesibles o complementaría la información escrita. Una segunda perspectiva planteaba que la arqueología histórica debía perseguir objetivos antropológicos generales, sirviendo como laboratorio para experimentar y probar modelos y conceptos a emplearse en arqueología prehistórica (Pedrotta & Gómez Romero, 1999; Quiroga, 2005). Finalmente, otra de las posturas, considera que "la arqueología histórica debe tener su propia agenda de investigación y que debe desarrollar un campo disciplinario que comparta elementos en común tanto con la historia como con la antropología, pero con características propias" (Pedrotta & Gómez Romero, 1999).
En relación a lo anterior, se han elaborado clasificaciones para entender la arqueología histórica que permitan abordar los problemas por los cuales se interesa, destacando tres grandes posibilidades: la arqueología histórica como el estudio de un período, como un
método de investigación, y como el estudio del Mundo Moderno (Orser, 1996). Sin embargo, entendemos lo último no como un concepto totalizador y globalizante que deja de lado las experiencias locales (Quiroga, 2005), sino que como un concepto integrador que
permite unificar criterios teóricos y metodológicos en el estudio de las particularidades propias de cada región.

Por su parte, Funari señala que esta disciplina se ocupa "del estudio de los restos materiales de sociedades para las que contamos con alguna forma de registro escrito" (Funari, 1999 citado en Didier, 2007). Sin embargo, creemos que una definición de arqueología histórica
debe ser más amplia que lo anterior; es decir, no debe restringir su enfoque en el uso o no de ciertos tipos de fuentes de información, sino que ésta debe develar los problemas relativos a los procesos sociales involucrados en la expansión de nuevos ordenes políticos,
económicos, religiosos, éticos y sociales (como el capitalismo), en nuestro caso del mundo europeo a Latinoamérica. Es decir, la definición de arqueología histórica como ciencia social debe basarse en los fenómenos y procesos históricos que estudia, por sobre el
tipo de fuentes de información que utiliza para hacerlo. Si bien Funari amplía su definición, señalando que la arqueología histórica corresponde al "estudio del pasado del que se conservan documentos escritos, a través de los restos materiales que reflejan los modos de
vida, la historia cultural y los procesos culturales" (Funari, 1999 citado en Didier, 2007), optamos por un enfoque en el cual se entiende la arqueología histórica como el estudio "de la cultura material y sus distribuciones, en el espacio y en el tiempo, de un tipo específico de sociedad compleja: aquella que corresponde al capitalismo y a su formación económico-social" (Rocchietti, 2003:171), integrando en esta definición a aquellas sociedades marginadas o poco integradas en el sistema mercantil, como las sociedades indígenas, esclavos o las comunidades rurales (Connah, 1998).

De acuerdo con esta definición, una arqueología histórica en América Latina estará inevitablemente ligada a una arqueología de la periferia económica; posiblemente también al desarrollo de una arqueología innovadora sobre la marginalidad y los discursos alternativos. "La arqueología histórica se interesa por los objetos, los constructivos,
los depósitos materiales abandonados por ese proceso; es decir, por la interacción entre cultura material y el modo de producción capitalista" (Rocchietti, 2003:172). De esta forma, la arqueología histórica estudia el pasado de la sociedad organizada bajo el capitalismo, "tal como éste ha llegado a ser en su duración. Esta duración es multiforme
porque el pasado no es homogéneo en una sociedad de clases" (Rocchietti, 2003:177). En definitiva, al indagar en temas relativos a eventos temporales tardíos o recientes como el colonialismo o la industrialización (Orser, 1996, 2000; Senatore, 1999; Symonds &
Casella, 2006) o a procesos económicos como el capitalismo (Leone, 1995; Senatore & Zarankin, 1999; Rocchietti 2000, 2003; McGuire, 2006), estamos descubriendo aquellas primeras etapas de desarrollo de nuestra propia sociedad. En este sentido, el estudio de los restos arqueológicos del Mineral de Caracoles, sin duda se relaciona con la comprensión de la propia sociedad de la región de Antofagasta.