En el marco de nuestra investigación material, hemos incluido datos proporcionados por el registro de fuentes testimoniales, asumiendo que para contextualizar y reconstruir la historia de cualquier fenómeno social, debemos recurrir como primera fuente a la documentación histórica existente, la que da cuenta principalmente de las fechas
en que ciertos acontecimientos importantes tuvieron lugar en el pasado (Ricoeur. 2004). En otras palabras, de establecer una relación secuencia! de hechos oficiales, es decir, lo que nos interesa es la relación que tiene la memoria con la historia; "la Historia está escrita
por autores en el presente, los que se guían por motivos particulares, por lo que la selección e interpretación de sus "fuentes" siempre son arbitrarias. Si, además, la "experiencia" está inserta en narrativas, se impide la recuperación de experiencia original. La diferenciación
entre historia y memoria, por tanto, es más materia del poder de una disciplina que la de un privilegio epistemológico" (Olick & Robbins 1998, citado en Kaulicke, 2003).
Es así que los relatos de la memoria, aún cuando intenten ser el más puro reflejo de lo que ocurrió, se basan en la percepción individual de quien ejercita el recuerdo, por lo tanto tiene relación directa con la historia de vida de cada persona (Tagle & Galecio, 2007), entregando información sobre determinados fenómenos o dinámicas históricas
de carácter global, y por otro lado de las emociones, sentimientos o convicciones del narrador que ha vivido tales fenómenos (Vovelle, 1985). Para Torres-Dujisin, esta nueva aproximación a la historia de vida permite analizar "a través de una mirada abierta a los mundos del silencio, de los gestos; la que permite interiorizarse en los aspectos
de la vida familiar, las experiencias infantiles, las huellas que fueron quedando en el inconsciente y que podrían agregar elementos valiosos para comprender discursos y actitudes de individuos en determinadas circunstancias sociales" (Torres-Dujisin, 2000:75). Es así que, en su relación con las fuentes escritas, Leone señala que "la literatura científica por sí sola no puede sustentar la arqueología histórica en sus estudios sobre la expansión europea y la cultura del capitalismo. Varios tipos de conocimiento útil pueden producirse por diálogos con los que de otro modo podrían ser objeto de la arqueología" (Leone, 1995). Estos diálogos entregan importantes preguntas de investigación, al mismo tiempo que crean un vínculo entre el pasado y el presente, e integran mutuos conocimientos que forman parte no sólo de la vida cotidiana de una comunidad, sino sobre preguntas específicas de investigación. Desde la Historia , Vovelle sintetiza lo anterior, señalando que "después de los trabajos iniciado por Philippe Joutard, se ha utilizado la memoria oral, tomándola prestada de los métodos etnográficos. Este campo de la historia se ha mostrado anexionista, invadiendo el territorio de disciplinas vecinas, tales como las historias religiosas, literaria o artísticas; también ha penetrado en los campos de la antropología, como se ha visto, enriqueciéndose con sus métodos" (Vovelle, 2000:21). En el caso de Caracoles, la investigación de su pasado ha sido complementada a través de la utilización de los métodos etnográficos en pos del registro de la propia memoria oral, atesorada por antiguos trabajadores del Mineral en décadas pasadas del siglo XX.
En conclusión, la presente investigación ha sido desarrollada dentro de un marco que considera de manera complementaria, tanto los datos historiográficos contenidos en las fuentes documentales, la numerosa cultura material existente en las superficies del sitio arqueológico, así como la propia visión del pasado que los habitantes de Sierra Gorda conservan en su memoria, desarrollando una novedosa aproximación a este importante lugar del pasado regional, nacional e internacional.